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sábado, 19 de mayo de 2012

Disturbia.

Regina, salía del trabajo para ir a buscar a su hija, Lía, al colegio. Regina, se monta en el coche, se pone el cinturón, arranca el motor y pone la radio. Mientras conducía para ir a buscar a Lía, va escuchando en la radio una serie de noticias alarmantes, que si secuestros, que si asesinatos... Regina se encuentra en un atasco y se empieza a poner nerviosa, temiendo que no llegue a tiempo al colegio y que Lía se pueda ir con algún extraño. Por fin, llega al colegio y la Lía estaba allí, esperándola en la puerta, Regina respiró tranquila.
Fueron a comer a casa. Después de comer, manda a su hija que se ponga a hacer los deberes. Suena el teñéfono, era Paolo, su marido, que le decía que iba a llegar más tarde, que el viaje en tren se había retrasado por problemas. Regina y Lía van al parque que hay debajo de su casa, están un rato jugando.
Paolo llama a Regina al móvil para decirla que al final sale antes, que ya arreglaron los desperfectos de la vía y que iba a llegar a la hora de antes del cambio.
Regina, por la noche, va a buscar a su marido a la estación de tren, está un rato allí esperando, pero no allí no llegaba nadie, ni siquiera en la estación misma. Pero al cabo de un rato, ve a lo lejos aparecer un tren y bajarse su marido. A Regina la llaman por teléfono, es Paolo! Le dice que ya llegó a casa, que resulta que llegó antes de la hora, que sentía mucho haberla hecho ir, que no puedo contactar con ella antes y que estaba jugando con Lía.
Ella asustada empieza a correr hacia el coche sin entender que está pasando, su marido está en la estación, pero le llamaba también por teléfono y estaba en casa... Cuando está cogiendo las llaves para entrar en casa, le vuelve a sonar el teléfono, era Paolo, le preguntaba que por qué había salido corriendo, que si pasaba algo, que él le seguía esperando en la estación, ella enfadada le dice que, que tipo de broma pesada es esta, que por que le llamaba diciendo cosas distintas. Paolo le dijo que sólo le había llamado esta vez, que tuviera cuidado, que si había alguien en casa no era él.
Regina entra en casa y ve a su marido, ella aliviada, se abraza a él, y le dice que le andan llamando y haciéndose pasar por él. A Regina le vuelven a llamar, era Paolo otra vez, pero era imposible pues estaba delante suya, le empieza a decir que ese que está ahí no es, que estaban alertando en las noticias que había seres que podían adquirir formas, ella dice que no es posible, sigue hablando, y le dice que le pregunte cosas  a ver si es él. Ella empieza a preguntarle cosas haciendo caso de la llamada, y él no entiende por que le empieza a preguntar y decide no contestar, entonces ella se empieza a poner muy nerviosa, y por teléfono le dice que le mate, que va a intentar matarla. Entonces ella cuelga, se que mirando a su marido unos minutos sin decir nada, él decide acercarse, cuando de pronto ella decide coger el cuchillo y se lo clava.
Más tarde vino la policía y le dicen que ha matado a su marido, que el de la estación que vio, era el que había adquirido la forma y él no era. Que había tenido suerte por un lado en la estación pero que se equivocó con el de la casa, que estaba sucediendo una serie de catastróficas desdichas en el barrio.
Ella afligida y angustiada, no sabe que está pasando. Más tarde sube a la habitación de su hija, que no podía dormir, y le dice que le cuente un cuento, al terminar, le dice que si puede mirar debajo de la cama que tiene miedo, Regina mira, y le dice que no hay nadie.
Pasan unos días y su hija sigue diciéndole que siga mirando debajo de la cama que tiene miedo. Ella le da la misma contestación. Pasan un par de semanas, y la niña le vuelve a decir que le cuente un cuento, al terminar como ya era de costumbre, le pidió que mirara debajo de la cama, ella resoplando miró y... había un gran monstruo enorme, ella ni se asombró ni cambió la cara, se puso de pie, le dio un beso y le dijo como cada noche, que no había nadie.

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